¿Alguna vez has pensado en todos los pasos que siguen los diamantes hasta que llegan a nosotros? Desde aquí os adelantamos que hay un trabajo muy cuidadoso, metódico y preciso para que su resultado sea brillante. En este artículo vamos a hablar sobre el tratamiento de una de las consideradas como piedra preciosa: el diamante. Conoceremos los tipos de tratamiento y como saber si un diamante está tratado o no, pero antes empecemos por el principio:
¿Qué es el diamante?
Como indica la RAE, el diamante es una “piedra preciosa constituida por carbono cristalizado en el sistema cúbico, que se utiliza en joyería por su brillo y transparencia y en la industria por su elevada dureza”. Es decir, el diamante es una piedra con forma muy peculiar y que a cualquiera deja boquiabierto por su belleza.
Pero, como cualquier otra piedra preciosa de las que hasta hoy conocemos, deben cumplir unas condiciones:
Dureza
Rareza
Belleza, que entendemos por: color, transparencia, brillo y pureza.
Cuando hablamos de la naturaleza de las piedras nos referimos a que todas son diferentes, algunas mejores y otras no tanto. Por esto, el fin o motivo de los tratamientos es mejorar sobretodo el color y la pureza de las que no son tan bonitas o tienen una peor calidad. Aquí vamos a aprender cuáles son los tratamientos del diamante y cómo diferenciar un diamante tratado.
¿Cuáles son los tratamientos del diamante?
Todo diamante puede ser tratado con dos objetivos: mejorar su color o su pureza. Es decir, esta labor se realiza para mejorar el aspecto del diamante y poder comercializarlo ya que sino, sus características no serían apreciadas en el mercado. Los tratamientos son:
1. Mejora del color
Hay diferentes tratamientos para mejorar el color del diamante, pero el más utilizado actualmente es el llamado HPHT en el que se somete al diamante a una alta presión y temperatura y así elevar y mejorar el color del diamante.
¡Ojo! No cualquier diamante puede ser tratado de este modo ya que tienen que tener dos particularidades: pertenecer al grupo Ila y tener un tono ligeramente brown. Una vez realizado el tratamiento, el resultado será un diamante más blanco.
2. Mejora en la pureza
La pureza del diamante viene definida por las inclusiones (o imperfecciones) que puedan tener tanto en la superficie como en su interior. Para hacer esta mejora se puede realizar de formas diferentes:
Perforando la piedra mediante un láser, así se llega hasta la inclusión (suele ser oscura o negra) y se deshace. Se identifica el tratamiento porque quedan los canales desde la superficie hasta la inclusión que ha sido provocado por este.
Yehuda: el objetivo es rellenar las fisuras con sustancias vítreas. Para identificar este tratamiento, es más sencillo porque se puede apreciar una dispersión de colores muy llamativa.
¿Cómo identificar los diamantes tratados?
Esto varía en función del tratamiento que se haya realizado. Hay algunos que son fáciles de detectar a simple vista y otros que son más complejos, por lo que requieren de instrumentos para ayudar a identificarlo.
El procedimiento a seguir sería mirar la piedra con una lupa de 10 aumentos y utilizar, si fuese necesario, instrumentos gemológicos que ayuden a determinar las propiedades de la piedra que indiquen si está tratada o si, incluso, tiene posibilidades de ser tratada.
Desde Badai, nuestra recomendación como gemólogas y amigas, es que siempre os dejéis asesorar por un experto, el cual ante la más mínima duda os recomendará que llevéis el diamante a certificar a cualquiera de los institutos gemológicos que existen y allí, os podrán decir con certeza si la piedra en cuestión está tratada en color o pureza.
¿Por qué tratamos los diamantes?
Mucha gente se pregunta por qué tratamos los diamantes si son piedras preciosas. El objetivo de mejorar una pieza es claro: su precio. Cuando un diamante ha sido mejorado tanto en color como en pureza, el precio del mismo será inferior pero su aspecto habrá mejorado. Siempre que tratemos de comprar un diamante tratado, el vendedor nos lo deberá indicar y hará referencia a su precio así como al tipo de tratamiento para que sea lícito.
El diamante es una de las piedras más deseadas en el mundo, por su belleza y por el status social que generan. Esto hace que existan muchas imitaciones con otras piedras naturales de las mismas características que son tratadas para que parezcan mejores o incluso que son fabricadas y hacen que sean muy difíciles de distinguir a simple vista, incluso para nosotros los gemólogos.
¿Conocéis los diamantes de laboratorio o lab grown? Son aquellos que han sido creados en laboratorios con las mismas características que los naturales, pero de esto podemos hablar largo y tendido que, si os parece, hablaremos en otra entrada.
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