Cinco siglos más tarde seguimos hablando de la conocida “Perla Peregrina”, una de las joyas más valiosas (y grandes) del mundo. Ya abrimos el joyero de reyes con el famoso reloj de Cartier y hoy contaremos la historia de otra joya de la corona como es la Perla Peregrina.
¿Cuándo la conocimos?
Esta perla fue encontrada en 1579 por un esclavo pescador en Panamá y poco después llegó a manos de Felipe II. Una perla de tamaño y forma inusual que es considerada una de las piezas más valiosas y legendarias de la historia de Europa. El esclavo gana su libertad, al encontrar esta perla tan valiosa.
Aunque es conocida como la “Perla Peregrina”, lo cierto es que nunca hizo el Camino de Santiago, sino que fue pasando de mano en mano entre las clases más elitistas de la sociedad. También ha sido conocida con otros nombres como La Sola o La Única.
Esta perla no puede ser confundida con otra perla mucho más pequeña (también famosa), llamada “Perla Pelegrina” que perteneció a la Casa Real Española cuando Felipe II se la regaló a su esposa María Tudor.
La joya de la corona, de verdad
Una vez llegó a la casa real de Felipe II, permaneció en la corona de los Austrias y es retratada por diferentes artistas como Velázquez en los diferentes personajes de la corona, utilizando esta perla como símbolo de poder en sombreros, en broches, colgantes, etc. Es posesión de Margarita de los Austrias, hasta que Felipe IV la posee y es él quien se la regala a su hija cuando esta se casa con el rey francés, es aquí cuando pasa a pertenecer a la Corona Francesa.
En esta época se pierde la pista de esta pieza tras la Revolución Francesa y reaparece años más tarde en Rusia, en manos de la madre del asesino de Rasputín. Después vuelve a la realeza británica y años más tarde vuelve a la realeza española cuando Alfonso XIII quiere regalarle esta perla a su esposa en arrepentimiento por todas sus infidelidades. La pieza es demasiado cara para él y decide comprar una muy parecida que trajo consigo polémicas sobre la originalidad de ambas piezas.
¿Qué pasa con la Perla Peregrina?
Después de estar dando vueltas por el mundo entre las casas reales de la época, Alfonso XIII finalmente decide no comprarla y la perla viaja hasta Estados Unidos donde es subastada. El actor Richard Burton se hace con la propiedad de la “Perla Peregrina” por una extraordinaria cantidad como regalo a su amada Elizabeth Taylor.
Luis Martínez de Irujo, un día más tarde de la posesión de la joya por Burton, quiso desmentir la autenticidad de la perla subastada y muestra la que recibe la esposa de Alfonso XIII como la única pieza existente. Pero tanto la casa de subastas como diversos especialistas, negaron la veracidad a esa atribución.
Ya en manos de Liz Taylor sucede un hecho de los más chistoso y es cuando su caniche mordisquea por pura inocencia la Perla Peregrina. Liz es poseedora de la famosa pieza hasta que fallece y tras este suceso, no se conoce el paradero actual de la piedra.
¿La conocías? La verdad es que es tal su importancia a lo largo de la historia que como dice la escritora de “La Leyenda de la Peregrina”, Carmen Posadas, si los objetos pudieran hablar seguro que descubriremos muchas historias más que a día de hoy no conocemos aunque ella cree que puede estar en los países árabes.
Y tú, ¿te animas a buscarla?
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