¿Quién no se ha imaginado enfrente del escaparate más famoso de la Quinta Avenida de New York?
¿A quién no le ha apetecido un Desayuno con Diamantes?
Desde 1837, Tiffany & Co lleva ilusionándonos y emocionándonos con sus joyas. Esta lujosa firma de joyería cuenta con una trayectoria de diseño global, mezclando vanguardia y artesanía en cada una de sus joyas, además de la innovación que le ha permitido ir adaptándose al paso del tiempo.
La magia de los diamantes continúa después de casi 200 años y, aunque su pieza estrella, que todos tenemos en la cabeza, sean los anillos de compromiso con diamantes, una cosa que probablemente no sepas, es que Tiffany, también destaca por sus perlas.
La compañía fue reconocida internacionalmente como el proveedor de las mejores perlas, a partir del descubrimiento de una espectacular perla de agua dulce de casi un cuarto de onza, que compró Charles Tiffany y que posteriormente vendió al Emperador Napoleón III y la Emperatriz Eugenia de Francia en 1860 y que pasó a la fama como la “REINA PERLA”.
Sin duda, como vimos en Desayuno con Diamantes, sus perlas destacaron por la elegancia y sobriedad con las que Audrey Hepburn soñaba y fantaseaba con esas maravillosas joyas. Esta se convirtió al instante en un clásico de Hollywood y siendo la primera película de muchas que se rodó en la tienda insignia de Tiffany
en la Quinta Avenida de New York.
Tras la Revolución de Europa, Charles Lewis Tiffany adquiere bastante importancia, renombre y autoridad en el mundo al comprar una gran cantidad de diamantes y piedras preciosas a precios muy bajos a algunas aristócratas y miembros de la realeza europea. Esta estrategia de conseguir joyas de grandes personajes históricos como las de María Antonieta hizo que tuviera mucha más relevancia, tal fue su obsesión por las joyas que la prensa neoyorquina lo bautizó como “el Rey de los Diamantes”.
Otro dato bastante relevante de la firma, en cuanto a diamantes, es que su fundador, Charles Tiffany adquirió un diamante amarillo de 287,42 quilates, siendo esta una de las mejores gemas del mundo. Consiguieron tallarla hasta tener un peso de 128,54 quilates y se le bautizó como el Diamante Tiffany. Hoy en día, este famoso diamante se exhibe permanentemente en la tienda insignia de la Quinta Avenida, donde atrae a más de 300 visitantes cada día.
Un icono en la historia
Como hemos visto, Tiffany & Co cuenta con numerosos elementos emblemáticos, pero sin duda, el primero que se nos viene a la cabeza cuando pensamos en la marca, es la famosa caja de ese color turquesa tan especial.
El packaging de estos diamantes es el más buscado para cualquier anillo de compromiso. Para salvaguardar este detalle tan Tiffany, la firma registró este azul turquesa para que no pueda ser reproducido ni utilizado por otras marcas, el “1837 Blue”, en honor al año de su fundación, además Pantone lo ha añadido a su colección para el uso exclusivo de la marca.
Tiffany es la primera empresa estadounidense en instaurar el estándar de plata britanico, que es la que cuenta con una pureza de 0,925 para la plata de ley y por ello fue honrada en la exposición Universal de 1867 en París.
Durante toda su trayectoria, Tiffany ha marcado un hito en la joyería, siendo en 1870 cuando la marca se convirtió en el principal proveedor de joyas y relojes de Estados Unidos. Durante toda la trayectoria de Charles Tiffany, hasta su fallecimiento en 1902, deja un legado a su hijo valorado en más de 35 millones de dólares, el cual ha seguido aumentando tras la estrategia de renovación e innovación de la firma, y que recientemente ha sido adquirida por el grupo LVMH, con la intención de darle un estilo más actual y sorprendente, pero siempre ofreciendo una joyería única.
No hay generación que no haya deseado o soñado con Tiffany, esperando convertirse en Audrey Hepburn. Nosotras seguiremos soñando e inspirándonos a través de los diamantes de Badai.
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